miércoles, 10 de febrero de 2021

El cristiano y la pandemia


"… Le pediré a Dios que misericordiosamente nos proteja. Luego fumigaré, ayudaré a purificar el aire, administraré la medicina y la tomaré. Me mantendré alejado de lugares y personas donde mi presencia no sea necesaria para no contaminarme, lo cual tal vez resulte en infectar y contaminar a otros y así causar su muerte como resultado de mi negligencia. Si Dios quisiera llevarme, sin duda me encontrará y he hecho lo que esperaba de mí, por lo que no soy responsable ni de mi propia muerte ni de la muerte de otros. Sin embargo, si mi prójimo me necesita, no me mantendré alejado del lugar o la persona, sino que iré libremente. Observa que esta es una fe tan temerosa de Dios porque no es presuntuosa ni imprudente y no tienta a Dios”."

tomado de la carta de Martín Lutero al pastor Johann Hess


En 1527, menos de 200 años después de que la Peste Negra matara a casi la mitad de la población de Europa, la plaga resurgió en el mismo pueblo de Lutero, Wittenberg, y en ciudades aledañas.

En su carta “Sobre si se debe huir de una plaga mortal”, el célebre reformador sopesa las responsabilidades de los ciudadanos ordinarios durante el contagio. Su consejo sirve como una guía práctica para los cristianos que enfrentan brotes de enfermedades infecciosas en la actualidad.

En primer lugar, Lutero argumentó que cualquiera que se encuentra en un rol de servicio a otros, tiene el compromiso vocacional de no huir. "Aquellos en el ministerio", escribió, “deben mantenerse firmes ante el peligro de muerte”. 

Los enfermos y desahuciados necesitan un buen pastor que los fortalezca, los consuele y les administre los sacramentos. Para evitar que les sea negada la eucaristía antes de morir. Oficiales públicos, incluyendo alcaldes y jueces, deben quedarse y mantener el orden cívico. Servidores públicos, incluyendo médicos y policías pagados por el gobierno, deben continuar con su labor profesional. Incluso los padres de familia y tutores tienen un llamado vocacional hacia sus hijos. Lutero no limitó el cuidado de los enfermos a los profesionales de la salud.

Ciudadanos laicos, sin ningún entrenamiento médico, podrían encontrarse en la situación de cuidar a los enfermos. Lutero desafía a los cristianos a ver oportunidades para atender a los enfermos como si estuvieran cuidando a Cristo mismo (Mateo 25:41-46). Del amar a Dios emerge la práctica del amor a nuestro prójimo.

(tomado de: https://www.christianitytoday.com/ct/2020/march-web-only/martin-lutero-coronavirus-cristianos-covid-19-latinoamerica.html)

Como muchos de ustedes saben, el pastor Eliseo Tapia es enfermero por vocación y profesión, lo que permite que imparta temas de salud pública  a la congregación, siendo el tema preventivo uno de los principales motivos por los que se invita a los congregantes a llevar a cabo acciones de prevención, como lo es el lavado de manos, uso de cubrebocas, uso de gel antibacterial, sanitizante, guardar la cuarentena, saludar sin contacto (sin abrazos, besos o de mano), etc.
Sabemos sin embargo, que habrá quienes malintencionadamente difundirán noticias amarillistas o noticias falsas que perturban la paz de los creyentes más nuevos o mas susceptibles, sin embargo se les invita a corroborar las fuentes y a no difundir cualquier noticia si antes no se ha verificado la fuente.

Sabemos también que una cuarentena tiene consecuencias económicas, políticas y sociales, por lo que no debe menguar nuestro carácter cristiano, sino que es cuando más debemos manifestar paciencia, paz y sobretodo templanza para con el gobierno y para con el sistema de salud.
Procuremos estar informados de las circunstancias que rodean a nuestra congregación y nuestros hermanos y estemos dispuestos a ayudar según nuestras posibilidades a los necesitados, sobre todo a los de nuestra fe en común.
DCN Iglesia Cristiana.

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